Por lo normal estas fechas son alegres. La gente sonríe por doquier, en la fábrica todos y todas se saludan, hay buenos deseos de salida y entrada de año y los Reyes junto con el recién llegado a nuestra cultura: Papá Noel, inundan las calles atiborrados de regalos y llenando todas las tiendas...
La lotería de Navidad da paso al primer día mundial de la salud y la lotería del niño al segundo. Brindis y comidas de empresa, la alegría aunque sea ínfima rodea nuestros corazones.
Estos dos párrafos anteriores me han costado que el vaso de emoción se colmara y ya dejase salir, por fin, cierta amargura que tiñe los dulces de estas navidades de 2008. Porque este año me ha dado muchas alegrías pero me ha quitado un gran trozo de cada una. Y es que este año fue el último de mi padre...
Y que no cambie nada más.
1 comentario:
Acabo de leerte, me he emocionado tanto que no puedo escribirte nada, solo decirte que te quiero. Mamá.
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