- Pasar la noche despierta y en la cama, esperando escuchar a los camellos de los Reyes.
- Pasar la noche levantandome cada cinco minutos y caer dormida al amanecer y así no ver a los Reyes.
- Pasar la noche vomitando de nervios.
- Escuchar ruidos raros, levantarme y recibir una bronca de mi padre.
- Encontrar los regalos por casualidad -dudosa- dos días antes de Reyes y descubrir que es que ese año los habían dejado antes por la huelga de transporte.
- Escuchar ruidos en el salón y descubrir a mis padres abriendo los regalos antes que yo -pobres, no se les ocurrió otra cosa-
- Ver por la ventana, como mi padre se acercaba cargado a tope de regalos.
- A los ocho años la historia de los Reyes cambió pero aún seguía de los nervios en la cama y sin poder dormir...
Y hoy. Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah encima de los nervios, mañana Reyes y encima cumpliré 28 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario